miércoles, 16 de mayo de 2007

Los entierros...


Cuentan los antiguos que cuando llegaron los españoles a nuestro país, los mapuche adinerados (Ulmenes) enterraron el oro y la plata que abundaba en la región.

Los españoles asesinaron a muchos de los ulmenes y nadie pudo encontrar sus riquezas.

Años más tarde, algunas personas “elegidas” comenzaron a ver en las noches oscuras una especie de rescoldo (brasas ardientes); si eran de color rojizo era un entierro de oro y si era de color blanco el entierro era de plata.

Al remover la tierra en ese lugar desenterraron cántaros de greda repletos de oro y plata.

Para encontrar los entierros tenían que cumplir una serie de condiciones: ser valientes, pues tenían que hacerlo en una noche muy oscura; no tenían que ser codiciosos, porque cuando les entraba la codicia el entierro se cambiaba de lugar y era imposible de encontrar, se levantaba una cortina de humo y por más que excavaran no encontraban nada, pues el entierro se cambiaba de lugar.

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